Antes de nada quisiera pedir
disculpas por adelantado si alguien se siente ofendido al leer el post de hoy.
No es mi intención zaherir los sentimientos de nadie, hablo en general y no me
refiero a ninguna persona en particular. No es una crítica ni nada que se le
parezca, sencillamente es una percepción de la realidad que he observado que resulta
ser diametralmente opuesta a la realidad a la que estoy acostumbrada. No
obstante, si aún así existe algún individuo que desee venganza por mis
lacerantes palabras acepto desafío a duelo con floretes.
Continuando con el tema de la
anterior entrada,
me gustaría compartir con vosotros alguna cosilla más del artisteo que
francamente me produce una mezcla de vergüenza ajena, gracia, pereza y desasosiego.
Las confianzas.
El amor, un amor
desmedido y (des)interesado que nace en el minuto uno entre los actores y
actrices. Da exactamente igual que hayas conocido a alguien hace 5 minutos, los
besos y los abrazos vuelan libremente. Quien bien me conoce sabe que yo no soy
especialmente cariñosa, afable ni amorosa. Por supuesto que quiero a muchas
personas, y a mi familia y amigos los beso y abrazo, pero…besar así porque sí,
o dar un abrazo a alguien que conozco desde hace una semana…pues va a ser que
me cuesta. Y además soy del norte, qué diablos, no hacemos ese tipo de cosas.
Acudo a clase el primer día y doy
dos besos a todo el mundo en plan ¡un
placer conocerte! Finaliza la clase, y
veo que la peña se vuelve a dar dos besos otra vez para despedirse. Tal hecho
me confunde sobremanera dejándome desconcertada durante unos momentos porque claro, los voy a ver de nuevo pasado mañana, o sea
entonces no entiendo cuál es la necesidad de que nos demos besos de despedida.
Pero bueno, tampoco quiero dar la nota el primer día, así que me dejo llevar
por la explosión de efusividad y beso a todos. A los dos días vuelvo a tener clase
y veo que los compañeros se dan nuevamente dos besos al llegar, y no queda ahí
la cosa, sino que cuando termina la clase y llega el momento de despedirse
hasta la siguiente, advierto con
perplejidad cómo repiten la acción e incluso van un paso más allá y se
obsequian con un único beso en la mejilla, intenso y duradero con abrazo incluido (esto no es broma). Vamos a ver, nos acabamos de conocer e iremos
juntos a clase 2 o 3 veces por semana, ¿realmente creéis necesario besarnos
cada vez que nos veamos? ¿Es en serio? ¿Acaso besáis a vuestros compañeros de
trabajo/universidad todos los días? Porque las clases van a durar varios años…quiero
decir… ¿en serio?
Y lo mejor de todo es que si no
los das, puedes percibir miradas extrañadas,
como insinuando “hay que ver esta muchacha qué borde es”… ¡Pues no! Para nada,
sencillamente no es mi estilo y se me antoja innecesario. Yo soy más de un ¡Hola!
acompañado de un alegre gesto con la mano, y ya. ¡Si es que si no las cosas pierden su valía y
su significado! Si os beso y/o abrazo continuamente sin motivo, ¿qué hago
cuando sea vuestro cumpleaños o cuándo haya algo que celebrar? ¿Beso de
tornillo?
Y es que no puedo negar que me
incomoda besar a la gente por norma. Afirmación que no exime el hecho de que de
manera espontánea brote de mi la apetencia de besar o abrazar a alguien a quien
efectivamente haya cogido cariño o quizás porque el momento o la situación así
lo propicien. Y tampoco quiere decir que si no beso o abrazo a alguien
signifique que no aprecio a esa persona. No. Lo cierto es que soy muy random,
es según tenga el día. Queredme así, no puedo cambiar.
Y hablando de querer, ¡cuánto se
quiere todo el mundo! Los “te quieros” también parecen tener un abono Premium
en la boca de los actores, directores y personas que se dedican al medio en
general. Desde los primeros días escuchas decir “te quiero” unos a otros con
enormes sonrisas, o sin apenas mirarse, como autómatas. Y eso sí que no logro
entenderlo. Y ya cuando el “te quiero”
va acompañado de un piquito en la boca, me desmayo.
Y es que a mí me resulta
imposible decirlo tan gratuitamente. Y
claro, llega el momento en que te lo dicen a ti, y tú no respondes más que con
una sonrisa de agradecimiento y vuelves a convertirte en la borde del grupo. ¡Y
ojo! ¡Que no quiere decir que no aprecies a esa persona! Pero de ahí a quererla…
¡pero si no nos conocemos todavía!
Y vale, que yo también he estado
en esos campamentos de verano que duran 10 días que te acaban pareciendo más
que suficientes para jurar amor eterno a unas nuevas amigas o a un nuevo
noviete, pero tenía 12 años, no 27. Creo sinceramente que las relaciones se
esfuman con la misma velocidad con la que se construyen, y por eso mismo no soy
muy amiga de involucrarme tan rápido con nadie. Al fin y al cabo, no conoces a
esa persona todavía, podría ser un maníaco, o del Athletic de Bilbao. Nunca se
sabe.
Os quiero muchísimo y os mando
mil besos y abrazos!!!!!!! :-) :-) ❤❤❤❤❤❤❤❤
Conmovedor...jajajaja
ResponderEliminarSi es del Athletic ni le saludes!!!
ResponderEliminareso!!
EliminarNo lo podías haber expresado mejor!!!!
EliminarEstoy contigo!!
Bueno... es que yo... soy del Norte... jejejejejej